miércoles, 8 de enero de 2014

Emilio Butragueño, una leyenda viva del Real Madrid

Durante muchos años, Emilo Butragueño fue el estandarte del Real Madrid. Su espectacular aparición en el panorama futbolístico supuso un antes y un después en el balompié patrio.

Emilio Butragueño Santos (Madrid,1963), debutó con el Real Madrid el 5 de febrero de 1984 contra el Cádiz en el Ramón de Carranza. Jugó en el equipo merengue hasta la temporada 1994-95, año en el que fichó por el Atlético Celaya de México, donde se retiró del fútbol profesional en 1998.
Su padre le hizo socio del Real Madrid nada más nacer, y al cabo de los años ingresó en las categorías inferiores del equipo de Concha Espina, para pasar a formar parte posteriormente del Castilla, filial del primer equipo.
Junto a Míchel, Pardeza, Martín Vázquez y Sanchís formaron la "Quinta del Buitre", que durante años dominó el fútbol español en triunfos y excelencia de juego. En su amplio palmarés destacan las seis ligas que consiguió con los blancos (cinco consecutivas), dos Copas del Rey, además de dos Copas de la UEFA, así como el dePichichi en 1991.
Actualmente sigue ligado al Real Madrid, en el cargo de Director de Relaciones Institucionales, representando al club de Concha Espina en todos los actos de relevancia.


Butragueño: talento e imaginación

Jugador eminentemente listo e imprevisible, no era el más técnico ni el más potente de su generación. Su juego destacó por un veloz regate en un palmo de terreno y una gran visión de pase al espacio libre, generalmente dentro del área.
Excelente en el juego de apoyos y paredes, su manera de entender el juego cambió los parámetros en los que hasta entonces se desenvolvía dicho deporte, basado en un fútbol mas físico.
Sin ser un gran goleador, merced a su gran capacidad de desmarque y de saber estar en el sitio preciso, consiguió ser el máximo anotador de su equipo durante cuatro temporadas. Sus carencias físicas las compensaba con intuición, calma y explosividad en su arrancada.. Muy respetuoso en el campo y fuera de él, jamás fue expulsado de un terreno de juego. En México le apodaron "El Caballero de la Cancha" en virtud de dicho comportamiento.


Partidos inolvidables del "Buitre"

"El Buitre" siempre estuvo tocado con la varita de la fortuna. Alfredo Di Stéfano lo hizó debutar en Cádiz en la segunda mitad y el madrileño marcó los dos goles que empataban el partido; y en el descuento proporcionó el pase de la victoria final.
No fue el último de sus partidos memorables. En el recuerdo queda la remontada ante el Anderlecht belga en el Bernabéu. El Real Madrid dio la vuelta a la eliminatoria endosando al equipo rival un 6-1 del que Butragueño fue clave. Allí se inició una época de noches mágicas de remontadas europeas del equipo blanco.
Pero quizás el día más importante en la vida futbolística de este jugador fue el partido en Querétaro contra Dinamarca en el Mundial de México 86. Aquella inolvidable madrugada en España, Butragueño marcó cuatro de los cinco goles ante un equipo al que todos veían hasta entonces como favorito al título. El país entero enloqueció y Emilio Butragueño pasó a ser la persona mas importante del momento.
En la retina de muchos aficionados al fútbol queda el gol que marcó al Cádiz en el Santiago Bernabéu, regateando en corto a varios jugadores, incluido el portero, y metiéndose con el balón hasta el fondo de la portería. 
Con la selección española jugó dos mundiales, el de México 86 y el de Italia 90. Miguel Muñoz se lo llevó a la Eurocopa de Francia 84, en donde España quedó segunda tras perder la final en París ante la escuadra de Platini. En esta competición no llegó a jugar aunque sí lo hizo en la Eurocopa de Alemania 88.
Durante varios años fue el delantero titular del cuadro español y uno de los máximos goleadores de su historia.

Un caballero en la cancha


Butragueño ha sido uno de los jugadores más importantes de la reciente historia del madridismo y del fútbol español. Junto a Hugo Sánchez formó la delantera mas mortífera de los de Chamartín en muchos años.
Su trayectoria modélica hacen de él la imagen perfecta del futbolista comprometido con sus colores y a la vez respetuoso con los contrarios. Esto, unido a su calidad como jugador, hacen que Emilio Butragueño Santos tenga su nombre inscrito en letras de oro en los anales de la historia del Real Madrid.


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