sábado, 3 de diciembre de 2011

Entradas duras y lesiones graves en el fútbol español

Messi, Ronaldo, el Kun Agüero. Estos futbolistas y muchos más han sido, y son, objeto de marcajes excesivamente agresivos que perjudican el espectáculo.

La dura entrada de Tomas Ujfalusi sobre Lionel Messi ha reabierto el debate acerca de la persecución que sufren determinados jugadores en el terreno de juego.

Tanto Mourinho como Guardiola piden públicamente que se proteja a este tipo de futbolistas, y evitar de esta manera que se produzcan algunas de las lesiones que a continuación se detallan.

Maradona lesionado por Goikoetxea

Corría el año 1983 cuando se produjo una de las entradas más duras y recordadas en el fútbol español de los últimos tiempos. El FC Barcelona iba ganado por 3 a 0 en el Camp Nou al Atlhetic de Bilbao cuando Bernd Schuster realiza una fuerte entrada al central vasco Andoni Goikoetxea, jugador que le había lesionado a él dos años antes. Poco después, en medio de un ambiente algo enrarecido, Goikoetxea caza a Diego Armando Maradona en su tobillo. La escalofriante entrada alejó al emergente astro argentino de los terrenos de juego por espacio de 4 meses, por fractura del maleolo peroneal de su tobillo izquierdo y con afectación del ligamento lateral izquierdo.

Goikoetxea fue sancionado con 18 partidos, de los cuales cumplió 10 y fue uno de los mejores jugadores de la selección española que se proclamó subcampeona de Europa un año después en París, ante la anfitriona de Platini.

Ese incidente, que dio la vuelta al mundo, persiguió para siempre al bravo central vasco que fue duramente estigmatizado desde entonces por parte de la prensa internacional.

Cristiano Ronaldo, una pieza en el punto de mira

El portugués es uno de los jugadores que recibe un mayor número de entradas que bordean los límites de la violencia. Desde su llegada a la Liga BBVA, el luso ha padecido una persecución que en muchos momentos ha sido alentada desde la grada y que ya le ha llevado al dique seco en un par de ocasiones. La lesión más importante sufrida en España, hasta el momento, la padeció en partido de Champions League a raíz de una entrada con los dos pies por delante del jugador del Olympique de Lyon, Souleymane Diarra.

Ronaldo estuvo alejado de la competición durante dos meses y en partido clasificatorio de su selección volvió a recaer, dejando al Real Madrid huérfano de su fichaje estrella.

Algunas de las lesiones más graves en España

Quizá la lesión más grave, provocada por otro futbolista, fue la que sufrió el jugador del Real Zaragoza César Jiménez en el estadio de La Romareda. Luis Figo, por entoces en las filas del Real Madrid, destrozó la rodilla del zaragozista en una entrada que no venía a cuento. Después de cuatro intervenciones quirúrgicas y de dos años de lucha y sacrificio para recuperarse, César Jiménez abandonaba la práctica del fútbol profesional.

En la retina de los aficionados queda también la durísima entrada por detrás y en carrera que realizó Michel Salgado sobre Juninho en Balaidos. El entonces jugador del Celta de Vigo trabó al atlético con la suela en su tobillo justo antes de que este encarara al guardameta vigués. El balance, 3 meses de baja.

Una de las entradas mas espeluznantes que se recuerdan se produjo en 1983, en la final de la Copa del Rey de esa temporada. Paco Bonet, defensa del Real Madrid, fue cazado de manera brutal en su rodilla por "Tarzan" Migueli en el centro del campo. Bonet tardó varios meses en recuperarse y esa entrada le marcó durante el resto de su etapa como jugador, padeciendo innumerables problemas en dicha articulación desde entonces.

Sanciones ejemplares para los violentos

El fútbol es un deporte de contacto. Los golpes, los choques e incluso las lesiones, son inherentes a esta actividad. Pero esto no debe ser excusa para erradicar de los terrenos de juego a futbolistas que confunden, tal vez intencionadamente, agresividad con violencia o dureza con juego sucio.

Existe una corriente en los medios de comunicación que exije de las autoridades en materia deportiva que el reglamento penalice con el mismo tiempo de inactividad al agresor que al jugador que está de baja por dicha lesión. Esta opción parece complicada de llevarse a cabo por diferentes aspectos y, tal vez, bastaría con aplicar el reglamento sancionador en toda su extensión.

El problema radica en evaluar el grado de intencionalidad de este tipo de acciones. La subjetiva apreciación entre agresividad y violencia es lo que lleva a castigos como el de Tomas Ujfalusi, que con dos partidos salda una entrada que hubiera podido dejar al argentino alejado por mucho tiempo de los terrenos de juego, privando a los buenos aficionados de un jugador estético y desequilibrante.

Además, la responsabilidad del árbitro en este tipo de lances debe de ser redefinida. No es asumible, ni siquiera justo, que entradas como la de Gurpegui sobre el Kun Agüero se queden sin castigo porque el trencilla de turno no ha considerado dicha falta merecedora de tarjeta roja.

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